Cuando hace mucho frío y la nieve se acumula, los granjeros lecheros toman medidas adicionales para mantener a las vacas cómodas. Gracias a la piel gruesa, el pelo y el aislamiento natural de los animales, las vacas prefieren temperaturas un poco más frescas que la mayoría de los humanos. A las vacas no les importa el frío cuando están bien alimentadas, sanas y con lechos secos. Pero éstas solo pueden tolerar hasta cierto punto.

Mantener a los animales calientitos en el invierno es un área especial de atención a la que se dedica Mapleview Dairy. Esta granja lechera de Nueva York se encuentra a unas 10 millas de la frontera con Canadá — lo que significa que tienen algunos de los inviernos más fríos.

LouAnne King, una de las propietarias de Mapleview Dairy, compartió algunas de las maneras en que su granja – y otras lecherías – mantienen a sus terneras y vacas calientitas durante los meses más fríos del año.

PIENSO NUTRITIVO PARA PELAJES MÁS GRUESOS

La biología juega un papel clave en la forma en que los granjeros lecheros cuidan a sus animales. Las terneras y las vacas desarrollan un pelaje más grueso en respuesta a las temperaturas más frías, pero para lograrlo, los animales necesitan una dieta nutritiva de alta calidad que les proporcione suficiente energía para que les crezca pelo adicional.

La temperatura normal para una vaca sana es de 101 a 102 grados Fahrenheit, más caliente que la temperatura normal de los humanos. Esto se debe en parte a que, cuando las vacas digieren su comida, el proceso llamado fermentación crea calor. Una forma en que las vacas se termoregulan o se mantienen calientes cuando hace frío es comiendo más comida. Al igual que lo hacen con las terneras, los granjeros lecheros se aseguran de equilibrar la dieta de las vacas de manera adecuada aumentando los componentes energéticos o las cantidades de alimentos disponibles para satisfacer las necesidades de las vacas.

“Cada invierno aumentamos el acceso de todos los animales al alimento para asegurarnos de que puedan comer lo suficiente no solo para mantener, sino también para crecer y producir leche de alta calidad. Trabajamos muy de cerca con nuestro nutricionista o un especialista en dietas para vacas para asegurarnos de que todos los animales de la granja obtengan la mejor dieta para la temporada”, dice King. Su esposo también trabaja como nutricionista de productos lácteos, lo que le brinda a King información adicional sobre cómo la nutrición y la dieta ayudan a mantener a las vacas en el invierno. “Con las terneras”, dice King, “en realidad aumentamos la cantidad de leche que se les da cada día e incluimos una alimentación adicional para darles un impulso extra de calor”.

PROTEGERLAS CON CHAQUETAS

Junto con leche extra en los meses más fríos, Mapleview Dairy proporciona a cada ternera una chaqueta para usar durante los días más fríos del invierno. Estas chaquetas son resistentes al agua y al viento, y tienen un relleno de guata para mayor calidez, al igual que las chaquetas “acolchadas” que usan las personas.

“Además de las chaquetas, también agregamos ropa de cama de paja extra esponjosa en las casetas de las terneras y ajustamos la ventilación para asegurarnos de que estén lo suficientemente calientes, pero que aún tengan mucho aire fresco”, dice King. “Controlamos constantemente las temperaturas y ajustamos todas estas estrategias de manejo para asegurarnos de que nuestras terneras se mantengan cómodas. Si tenemos oscilaciones de 40 grados, estamos seguros de quitar o agregar chaquetas, al igual que las personas se quitan o agregan chaquetas o guantes”.

TECNOLOGÍA DE CONTROL CLIMÁTICO EN EL ESTABLO

“Realmente nos hemos enfocado en usar más tecnología para ayudar a cuidar aún mejor a nuestras vacas en el invierno”, dice King. La granja lechera utiliza esta tecnología no solo para cuidar a las vacas, sino también para reducir el uso de energía y mejorar la sostenibilidad a largo plazo.

“Invertimos en software y sensores para monitorear las temperaturas, la velocidad del viento, ventiladores, luces y cortinas laterales en los establos. Esto elimina el ‘error humano’ de la ecuación para que podamos ajustarnos al clima a medida que cambia en tiempo real”, dice King. Al monitorear el clima en tiempo real y tener el control de todas estas herramientas del establo, King dice que la granja puede adaptarse rápidamente a las condiciones cambiantes para mantener a las vacas a temperaturas consistentes y cómodas.

Ajustar las cortinas para bloquear el viento y mantener abiertas algunas rejillas de ventilación para proporcionar un flujo de aire de calidad mantiene a las vacas felices y saludables. Solo ajustando ciertos factores del establo cuando el clima lo exige, las granjas pueden conservar energía y reducir su impacto ambiental.